domingo, 10 de febrero de 2013
Reseñas: My Bloody Valentine - mbv (2013)
21 años han pasado desde “Loveless”
y por fin llegó el día. El 2 de febrero pasado fue lanzado “mbv”, el
esperado retorno y tercer álbum de My Bloody Valentine. El cambio generacional
que debía enfrentar “mbv’’ era potente, 21 años es casi toda una vida. La
obsesión con el tiempo y con poder escuchar algo nuevo de los irlandeses era
cada vez más grande, aún más cuando anunciaron reunión y disco el 2007.
Encontrar al sucesor de “Loveless”, al parecer, no fue tarea fácil y siguiendo
su mismo estilo sólo los años se encargaron de aquello.
“mbv” evoca levemente a “Loveless”,
algo que queda claro en el primer corte, ''she found now'' (títulos escritos en
minúscula), una canción un tanto emotiva que a su vez golpea con la ya clásica
atmósfera creada por la guitarra de Shields y esa voz inaudible y susurrada que
a su vez, suena actual.
Los siguientes cortes como ''only
tomorrow'' o ''if i am'' donde podemos escuchar cantar a Bilinda Butcher, dan
la sensación de que no suenan al período de 2007-2012 sino que pareciera que
son la materialización de las ideas o las antiguas composiciones de Shields,
esas que según el mito él mismo destruyó por no estar conforme.
Sin embargo, mbv no suena a
Loveless. My Bloody Valentine se mantuvo fiel a su estilo, reinventando una vez
más ese particular sonido e involucrando esta vez a toda la banda en el proceso
(recordemos que “Loveless” fue grabado sólo por Shields y Butcher), algo que
queda claro en composiciones relativamente modernas como ''new you'',
probablemente la canción más pop del álbum -que fue presentada en vivo días
antes del lanzamiento- o ''in another way'', ''nothing is'' y ''wonder 2'' que
cierran el álbum con ruido, mucho y armónico ruido.
Resulta tremendamente complejo
escuchar a la ligera algo que aparece dos décadas después; la influencia de “Loveless”
marcó pauta todo este tiempo y pareciera que la llegada de lo nuevo de Kevin
Shields y compañía sepultó, en buenos términos, lo que dejó su antecesor. Se
acabó el legado de la ya icónica imagen de la guitarra Jazzmaster rosada, “Loveless”
tiene ahora el sucesor que siempre debió tener.
Por Matías Muñoz